"De 5 maneras de alabar a Dios", Revelaciones de Santa Matilde de Hackeborn.
REVELACIONES DE SANTA MATILDE DE HACKEBORN
EL LIBRO DE LA GRACIA ESPECIAL
PRIMERA PARTE
CAPÍTULO XIV
23. De cinco maneras de alabar a Dios.
Una noche cuando la tristeza le impedía dormir, oye ángeles cantar en su interior: Arroja tus afectos y abandónaselos al Señor, él mismo te alimentará (Ps. LIV, 23), y el Señor apareció de pie delante de ella, vestido con una túnica verde. Ella le dice: "Oh muy amable Señor, ¿por qué llevas ese color en el momento de la Pasión?" El Señor respondió: "Está escrito: Si se trata así al árbol verde, ¿qué se hará del árbol seco?" (Luc, XXIII, 31.) Ella comprendió por estas palabras que si Jesús, que es la savia de todas las virtudes, sufrió tantos suplicios, los que son secos y áridos para todo bien pueden, de verdad, esperar sólo los tormentos eternos. Ella le pidió entonces al Señor que le enseñe cómo podría alabarlo en ese momento de su Pasión, y le mostró los cinco dedos de la mano para enseñarle cinco maneras de ofrecerle sus alabanzas.
Ella debía bendecir: 1° la omnipotencia infinita que, para salvar al hombre, sentenció a la impotencia al Señor soberano de los ángeles y de los hombres; 2° la insondable sabiduría, que le hizo aceptar pasar por un insensato; 3° la caridad ilimitada, que lo hizo gratuitamente odioso a aquellos a los que debía salvar; 4° su misericordia muy benigna, que le hizo sufrir por el hombre una muerte tan cruel; 5° su dulzura infinitamente suave, que le hizo soportar las amarguras de la más terrible de las muertes.
Nota:
*Por ejemplo, la primera forma de alabanza:
Yo bendigo Señor, tu omnipotencia infinita que, para salvar al hombre, sentenció a la impotencia al Señor soberano de los ángeles y de los hombres;
Así las demás, dirigiéndote al Señor al principio de la alabanza y el resto tal cual.
EL LIBRO DE LA GRACIA ESPECIAL
PRIMERA PARTE
CAPÍTULO XIV
23. De cinco maneras de alabar a Dios.
Una noche cuando la tristeza le impedía dormir, oye ángeles cantar en su interior: Arroja tus afectos y abandónaselos al Señor, él mismo te alimentará (Ps. LIV, 23), y el Señor apareció de pie delante de ella, vestido con una túnica verde. Ella le dice: "Oh muy amable Señor, ¿por qué llevas ese color en el momento de la Pasión?" El Señor respondió: "Está escrito: Si se trata así al árbol verde, ¿qué se hará del árbol seco?" (Luc, XXIII, 31.) Ella comprendió por estas palabras que si Jesús, que es la savia de todas las virtudes, sufrió tantos suplicios, los que son secos y áridos para todo bien pueden, de verdad, esperar sólo los tormentos eternos. Ella le pidió entonces al Señor que le enseñe cómo podría alabarlo en ese momento de su Pasión, y le mostró los cinco dedos de la mano para enseñarle cinco maneras de ofrecerle sus alabanzas.
Ella debía bendecir: 1° la omnipotencia infinita que, para salvar al hombre, sentenció a la impotencia al Señor soberano de los ángeles y de los hombres; 2° la insondable sabiduría, que le hizo aceptar pasar por un insensato; 3° la caridad ilimitada, que lo hizo gratuitamente odioso a aquellos a los que debía salvar; 4° su misericordia muy benigna, que le hizo sufrir por el hombre una muerte tan cruel; 5° su dulzura infinitamente suave, que le hizo soportar las amarguras de la más terrible de las muertes.
Nota:
*Por ejemplo, la primera forma de alabanza:
Yo bendigo Señor, tu omnipotencia infinita que, para salvar al hombre, sentenció a la impotencia al Señor soberano de los ángeles y de los hombres;
Así las demás, dirigiéndote al Señor al principio de la alabanza y el resto tal cual.