Algunas cosas que se me ocurrieron a propósito de la carta del Obispo Joseph Strickland

En el mes de noviembre publiqué aquí en gloria.tv una breve nota comentando la carta del Obispo Joseph Stickland que, entre otras cosas le valió la destitución de su cargo.
Sobre la destitución de Monseñor Strickland y lo q…
En el día de hoy, el Obispo Strickland publicó una nueva carta. La leí tres veces y he podido advertir muchas de las mismas características de la anterior. Sólo que ahora, se percibe una mayor madurez y profundidad.
Monseñor Strickland escribe como si fuera un médico situado ante un cuerpo enfermo. Pero a diferencia de los malos doctores que se horrorizan, chillan, reaccionan y vociferan histéricamente ante los síntomas más evidentes, Strickland mantiene la calma, piensa con la cabeza y el corazón va en busca de un diagnóstico esencial.
Comienza ubicándose en el centro del problema: “Jesucristo es la plenitud de la revelación de la verdad sobrenatural que guía a la humanidad hacia nuestro destino eterno.” La Iglesia católica es institución divina, y la clave de sus padecimientos radica en la renuncia a su vocación sobrenatural. Jesucristo es el único que nos dice esencialmente quiénes somos y quiénes deberíamos ser. La Iglesia está para operar como vehículo de algo que es de un orden completamente diferente al de este mundo. La Iglesia está para salvar almas y ha abandonado su misión por haberse dejado dominar por la arcilla de lo que finalmente será polvo.
A renglón seguido, Strickland afirma algo muy fuerte, pero de puro sentido común que hoy casi nadie quiere reconocer. El confuso y tétrico presente, tiene su origen en un largo proceso que lleva casi cien años. “Más de un papado está seriamente implicado en la falta de fe sobrenatural necesaria para hacer frente al maremoto de la apostasía.” (Strickland dixit)
La enfermedad del catolicismo comienza cuando deja de creer y de estar convencida y de sentir gran orgullo de ser la única solución para el problema del hombre. Todo empieza cuando acepta que hay otras alternativas y soluciones posibles. Cuando dialoga y pacta y pide ayuda y auxilio a otros credos para evitar que el Buen Dios se enoje y nos castigue con la guerra. Cuando la Iglesia se abraza con el mundo para lograr la paz confortable de la sociedad moderna. Quieran o no, enójense o no, bloqueen o no, insulten o no, amenacen o no, están las fotos de las reuniones de Asis. Eso no lo dice Strickland, lo digo yo y me hago cargo. Que Francisco sea la hipertrofia llevada al paroxismo (pachamama, misa con chamanes y macumba, etc), eso nadie lo puede poner en duda. Pero hay premisas históricas y muy bien documentadas, que solo pueden ser negadas a la fuerza, con capricho, con ceguera, con obstinación e inclusive con graves amenazas. Vuelvo a repetirlo, Francisco no surgió “ex nihilo” en la historia de la Iglesia. Es la tristísima conclusión de un muy largo silogismo.
¿Qué hacer entonces en el presente? Vuelvo a Strickland: “En un tiempo como éste, es de la mayor importancia que caminemos cerca de Cristo, que permanezcamos en su Sagrado Corazón, y que nos sentemos a menudo con Él para llegar a conocerle bien. Por supuesto, lo más importante de todo es que participemos dignamente de Él tantas veces como sea posible -Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad- en la Sagrada Eucaristía. Creer en la presencia real y sobrenatural de Cristo en la Eucaristía es el corazón y el alma de nuestra fe. Que la mayor manifestación de la verdad sobrenatural, la Sagrada Eucaristía, nos proporcione la fuerza que necesitamos para continuar el camino de discípulos de Cristo en el siglo XXI. Dejémonos vigorizar por nuestra fe eucarística para que la verdad sobrenatural esté realmente presente entre nosotros, y que su Cuerpo y su Sangre, su Alma y su Divinidad nos alimenten y nos guíen cada vez más profundamente hacia su Sagrado Corazón, el Corazón de la verdad sobrenatural.”
Me permito señalar un último detalle. El Obispo Strickland no hace distinción alguna en su carta, entre Misa Tradicional (que él celebra) y Misa Novus Ordo. Sólo pide que nos entreguemos y confiemos en el Señor Jesús Eucaristía y que volvamos a lo esencial en la doctrina.
kaoshispano1
Cerrarse ego-eucarístico enmedio de la realidad antiCRISTICA romae ya gobernando Roma (la Salette), hace no VER LA APOSTASIA y sobre todo no estar en LA VOLUNTAD..que es el objeto de SER DE CRISTO, la Voluntad del PADRE revelada... NO PODER VER el bosque LA VOLUNTAD Apoc por culpa del árbol EGOcreyente parroquiano.
Marcelo Fernando de Argentina
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