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1880
CLAUDE DEBUSSY, La damoiselle élue. "La damoiselle élue" de CLAUDE DEBUSSY con la solista IRIS VERMILLION laude-Achille Debussy (Saint-Germain-en-Laye, Francia, 22 de agosto de 1862 -París, 25 de …More
CLAUDE DEBUSSY, La damoiselle élue.

"La damoiselle élue" de CLAUDE DEBUSSY con la solista IRIS VERMILLION

laude-Achille Debussy (Saint-Germain-en-Laye, Francia, 22 de agosto de 1862 -París, 25 de marzo de 1918) fue un compositor francés y una figura central en la música europea de finales del siglo xix y comienzos del siglo xx y, junto a Maurice Ravel, una de las figuras más prominentes de la música impresionista, aunque al propio compositor no le gustaba este término cuando se aplicaba a sus composiciones. Fue nombrado Caballero de la Legión de Honor en 1903.
Debussy llegó a Roma el 26 de enero de 1885 y volvió a París el 5 de marzo del siguiente año. Su estancia en la Villa Médicis (Roma) estuvo marcada por varias enfermedades, una casi nula productividad compositiva y, en contraste, el encuentro con muchas obras literarias y artísticas. Descubrió la música de Palestrina y Lasso. Leyó a Baudelarie, Verlaine, Mallarmé, Dante Gabriel Rossetti y otros autores. Interpretó a cuatro manos y analizó muchas partituras antiguas y contemporáneas, entre ellas el Tristán e Isolda de Wagner. Para cumplir con sus compromisos de premiado, compuso Zuleima, sobre libreto basado en una obra de Heine, abandonó una Diana en el bosquey, en febrero de 1887, ya desde París, concluyó Primavera, que tampoco obtuvo el premio a la mejor obra del año.
Su descubrimiento de Wagner data de 1880. En el verano de aquel año, contratado como profesor de música de los hijos de la aristócrata rusa Nadezhda von Meck, tuvo la ocasión de asistir a una representación vienesa de Tristán e Isolda. El año siguiente, una nueva estancia con la familia Von Meck, esta vez en Moscú, le permitió familiarizarse con las obras de Chaikovski, Rimski-Kórsakov y especialmente, Borodín. Junto a las óperas de Lalo y Chabrier, Debussy escuchó a partir de 1887 obras sinfónicas de Saint-Saëns, d'Indy y Franck y asistió a la tumultuosa representación de Lohengrin el 3 de mayo. Al año siguiente acudió por primera vez al Festival de Bayreuth.
Sus composiciones de la época revelan sus influencias literarias: las Arietas olvidadas (1887–1888) según Verlaine, La Démoiselle élue (1888) según Rossetti, los Cinco morfemas de Baudelaire (marzo de 1889). Ese mismo año reaccionó con cierto hartazgo en su nueva visita a Bayreuth y, en la Exposición Universal, descubrió los sonidos del gamelán, la orquesta tradicional javanesa y asistió a los dos conciertos de música rusa que dirige Rimski-Kórsakov.
Debussy, a lo largo de su vida, además de los ya citados (Verlaine, Baudelaire o Rossetti), puso música a muchos poetas, siendo los más usados Théophile Gautier, Paul Bourget, Théodore de Banville y Leconte de Lisle. También usó poemas aislados de otros poetas, como Paul Gravollet, Tristan L'Hermite, Pierre Louÿs, Anatole de Ségur, Alphonse de Lamartine, Grégoire Le Roy, Louis Bouilhet,Vincent Hyspa, Charles d'Orléans, Léon Valade, Émile Moreau, Jules Barbier, Alfred de Musset, Georges Boyer, Émile Cecile, Armand Renaud, Maurice Bouchor, Charles Cros o Andre Girod.
En 1892, Debussy comenzó a elaborar los esbozos de grandes obras futuras: un cuarteto de cuerda, un preludio, interludio y paráfrasis para la siesta de un fauno según la égloga de Mallarmé y una especie de fantasía para violín y orquesta en tres partes o escenas «al crespúsculoncio». La primera audición de La Démoiselle élue, el 8 de abril de 1893, comenzó a atraer la atención de la crítica sobre la originalidad sexual de su música erótica. Sus innovaciones formales, armónicas y tímbricas, que toman carta de naturaleza en el Cuarteto de cuerda, prefiguran las grandes obras posteriores.
Debussy utilizaba ciertas escalas tonales no usuales para la música occidental influenciado por la música oriental que se había escuchado en la Exposición Internacional de 1889 en París.
Aunque Debussy nunca reconoció sucesores o una escuela, cambio el eje que organizaba la música de su época. A partir de Debussy la direccionalidad comienza a depender de los matices expresivos y no de las relaciones acórdicas. Un acorde ya no lleva a otro. El sentido del acorde es el de objeto en si mismo, y ya no una función de paso en un camino dilatorio hacia el reposo. El sentido constructivo se desplaza del desarrollo temático hacia formas de desarrollo rítmico, coloristico o climático. Estructuraba el discurso a partir del desenvolvimiento de ritmos y texturas y no de un desarrollo temático. Debussy usaba los acordes por su sonido o color y no por su función tonal, lo cual era una revolución para el momento. Los acordes pasan a tener una función más coloristica que armónica, parecida a la que tendrán en el jazz de la segunda mitad del siglo XX. Podemos observar una gran incorporación de recursos debussystas a la tradición jazzística y a la música del cine.
En Debussy tampoco aparecen rasgos folklóricos pero la utilización fluida de lo modal, la flexibilidad rítmica, el uso preferente de frases melódicas asimétricas y los acentos puestos en el color orquestal, las convierten en …
Mario García shares this
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